Estamos perdidos

El 29 de noviembre de 1967 salté por primera vez en paracaídas desde un avión Junker que había participado en la II Guerra Mundial. Desde entonces he vivido muchas aventuras y sólo me falta montar en globo. Como recuerdo aquel día, siempre tomo nota de lo que ocurre en esta fecha tan señalada para mí.
Como gran observador de la evolución de España y el mundo, me gusta analizar por qué ocurren las cosas y hacia donde nos llevan los poderes fácticos que nos manipulan descaradamente en beneficio de sus propios intereses. Desde la restauración de la democracia, nunca nos han manipulado tanto como ahora los importantísimos medios de comunicación, hasta el punto de obligarnos a cambiar nuestras costumbres y sistema de vida.
Como en España los desgraciados sólo nos dedicamos a pagar el 80% del salario en impuestos (haced cuentas y veréis que es verdad) pronto tendremos que pagar incluso por el aire contaminado que respiramos; encima nos hacen pagar por ver un partido importante como el de hoy entre el Barça y el Madrid, aún sabiendo que el fútbol es la droga del pueblo y que éste lo está pasando muy mal, debido a la crisis que ellos mismos han propiciado.
Lo que no sabía es que decenas de cines en la Ciudad Condal y alguno en Madrid proyectaron el partido, porque sabían que a esa hora no tendrían los espectadores habituales; pero el negocio es el negocio y se las ingenian todas para obtener beneficios. A lo que hemos llegado; total para ver sólo un gol en noventa minutos. ¡Vaya espectáculo más aburrido! El caso es exprimir al ciudadano al máximo. Si alguien quiere mierda, se la venden al precio que sea; lo que nos llevará al caos y parece no tener solución.

Lo que nos faltaba es que el Presidente Zapatero nos haya intentado vender la moto estropeada en una entrevista que le hizo en televisión una de las periodistas más adorables de las que aparecen en la pequeña pantalla, haciendo un repaso a todos los temas candentes de la actualidad nacional e internacional, fundamentalmente de la crisis económica. Me puso histérico cuando dijo que España necesita una Catalunya fuerte. ¿Fuerte para qué? ¿Para seguir esquilmándola desde Madrid y el resto de España, con el déficit fiscal más exagerado en comparación con todas las regiones y países industrializados del mundo? Si el Tribunal Constitucional no le da el visto bueno al Estatut tal como está, ya demasiado devaluado por Mas y Zapatero hace más de tres años, creo que deberíamos unirnos todos los catalanes, como estos días a raíz de la editorial de nuestros medios de comunicación, para exigir la independencia económica de nuestro pequeño, pero gran país, y no permitir aquí la entrada al impresentable que presentó el recurso de inconstitucionalidad ante el TC. Y si en el resto de españoles nos necesitan y encima nos critican y desprecian, que les vayan dando y se metan a Rajoy donde les quepa, porque aquí no le necesitamos. Hoy en día, es tan despreciable y nefasto para Catalunya como lo fue Felipe V en 1714.

CONSTANTE