sábado, 28 de noviembre de 2009

Egocéntricos

¿Quién no sabe lo resentido que estaba el egocéntrico Hitler con los judíos? O los líderes de la Unión Soviética con el capitalismo y Mussolini o Franco con el comunismo.
En Italia tienen ahora al anciano Berlusconi, con su pelo teñido y sus múltiples operaciones de estética. Quiere ser el hombre más poderoso política y económicamente y lo está consiguiendo, gracias al pueblo que le eligió. ¡Qué lástima que vaya a morir de viejo siendo tan jovencito!
En Francia tienen a un acomplejado con la baja estatura, cuando lo interesante es la inteligencia, de la que carece, y no debería importarle la longitud de sus piernas. No entiendo cómo el pueblo francés, al que admiro, le ha votado.
Al otro lado del Atlántico tenían a microcéfalo Bush, algo increíble, y a Chávez y al moribundo Castro, que quieren morir con las botas puestas.
Más cerca, hemos tenido a Pujol, que se identificaba con Catalunya y hoy tenemos a su sucesor, tan chulo, que se cree que todos deberían hacerle reverencias.
En España hemos tenido a Aznar, que se creía nuestro salvador y aún estará pensando cómo es posible que fuese nuestro presidente durante ocho años, siendo tan mediocre. Su sustituto cuando se vea en la Moncloa, tampoco se lo podrá creer, porque aún es más bobo que el que le nombró para sucederle.
Zapatero le ganó por los pelos a Bono en un congreso en el año 2000 y si el primero es un egocéntrico y hace lo único que le dejan, el segundo se lo ha montado de perlas, en la remuneradísima presidencia del Congreso, asegurándose las habichuelas para toda la vida. ¿Recuerdan cuándo quería condecorarse a sí mismo nada más ser nombrado Ministro de Defensa?
En una segunda escala, tenemos a Camps en Valencia, que es el más vanidoso de todos y en Madrid la repipimpresentable Esperancita, que se le ve el plumero cada día, con tanta obsesión por el poder.
No entiendo cómo los súbditos, los ciudadanos, el pueblo, los plebeyos, la chusma y borreguillos en general, permitimos que nos gobiernen tantos vanidosos y egocéntricos que sólo piensan en ellos, en sus familiares, en sus amigotes y el dios dinero. ¡Malditos sean todos! Amén.
Y no quiero decir nada del chulillo Joan Laporta, que si el Barça gana mañana en el que se considera el partido más interesante de esta Liga y si triunfa como la temporada pasada, se volverá tan impertinente que tendrá que abandonar el cargo, por ser una vergüenza para la entidad. Que aspire a la presidencia de la Generalitat, que es lo que realmente le encantaría, aunque diga que ser presidente del Barça es más importante. Que no confunda el Barça con el país, porque Catalunya es algo más de un club de fútbol.

CONSTANTE

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Más información en http://www.irisfanclub.com