Cuando Rajoy necesitaba el apoyo de Camps, éste le montaba los espectáculos parafernálicos en la plaza de toros de Valencia o el estadio de Mestalla y viceversa. La última gran concentración de corderillos fue en Dos Hermanas, un feudo del PSOE. Siempre tienen que estar dando la nota con el poder de convocatoria de su fiel rebaño, para engañar al resto de la población, que no les ve venir.
Como dentro de un año hay elecciones en Catalunya, a partir de ahora toca aborregarse en Barcelona, como este fin de semana, donde quieren dar la sensación de unidad, paz y armonía, cuando aún siguen las espadas en alto por parte de la pastora madrileña, que ya no estará mañana para escuchar el discurso final de nuestro futuro salvador.
Como la justicia va tan lenta en este desdichado país, todos ellos esperan que cuando los implicados en la trama Gürtel sean juzgados, la población desquiciada con los problemas económicos ya se haya olvidado y les voten masivamente, como en otras ocasiones, y todo se quede en agua de borrajas.
Si tanto les interesa Catalunya al “señor” Rajoy y a todos sus fanáticos, ¿por qué no aprovechan esta ocasión para retirar el recurso que presentaron en el Tribunal Constitucional contra el Estatut? Así le ahorrarían mucho trabajo de deliberación a los magistrados del alto tribunal, que no han tenido tiempo durante cuarenta meses; cuando otros estatutos con el mismo articulado están ya en vigor hace años. ¿Será porque no les pagan bien? ¿Por qué no les interesó nunca la Ley de Financiación Autonómica ni votaron a favor en la votación final hace dos días? ¿Por qué no apoyan nunca nuestra lengua y la desprecian siempre? ¿Por qué no quieren que nos devuelvan todos nuestros papeles de Salamanca si se pueden quedar con copias? ¿Por qué no quieren oír hablar de la Ley de la Memoria Histórica ni de la Ley de Educación Catalana? ¿Y por qué boicotean los productos catalanes en el resto de España, entre otras muchas cosas?
Seguramente sueñan que dentro de un año serán decisivos para formar gobierno en Catalunya, apoyando a CiU, como lo fueron en Euskadi. Pero resulta que allí eran imprescindibles para realizar el cambio que deseaba la mayoría de aquel pueblo, pero aquí no queremos cambiar de Guatemala a guatepeor y no necesitamos salvadores impresentables, aunque los que tenemos actualmente dejen mucho que desear, por permitir que seamos esquilmados por el Gobierno Central.
Señores peperos: ustedes no son políticos. Son comerciantes mafiosos a los que sólo les interesa el poder y el maldito dinero, como a las otras dos patas del maldito capitalismo fracasado: la patronal y las entidades financieras.
¡Váyanse todos a tomar viento fresco y déjennos en paz! No les necesitamos.
CONSTANTE
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