La Fiesta Nacional

Estoy avergonzado de lo que ocurrió ayer en la Monumental de Barcelona. Una vez al año, viene a mostrar su arte el torero más mediático de España; curiosamente el que todavía no ha triunfado plenamente en La Maestranza de Sevilla o en Las Ventas en su tierra natal. Un periódico dijo que Barcelona enloqueció con José Tomás. Es mentira. 19.000 amantes de esa fiesta no son Barcelona.
Ayer vinieron fanáticos suyos de casi toda España y la plaza se abarrotó con tantos horteras que hasta hubo quien pagó 3.000 € por la entrada en la reventa. Y por lo que he leído hoy, lo más divertido del espectáculo fue la caza del pollo que soltó un simpático; todo lo demás fue aburrido y más de lo mismo, pero los exaltados están siempre predispuestos a alucinar, aunque sea denigrante lo que ven.
Shopenhawer dijo que el que no tiene conmiseración con los animales no puede ser buena persona; porque hay que ser cruel y salvaje para disfrutar con el sufrimiento del toro y jalear al fantasma que se pone delante de él cuando el animal ya está moribundo.
¿Sabéis por qué esos machotes engreídos, que sólo piensan en forrarse, no quieren tener en el cartel a chicas que podrían torear tan bien como ellos? Porque eso devaluaría su hombría machista impresentable.
Me gustaría que les clavaran en a los amantes de ese absurdo espectáculo seis banderillas en la espalda, diez veces más pequeñas, por aquello de la proporcionalidad y que se las movieran violentamente a ver si duele o no. A lo mejor son sadomasoquistas y disfrutarían los muy cabrones. ¿Cuándo vamos a evolucionar de una puñetera vez en este país?
La Fiesta Nacional es una aberración vergonzosa para un país civilizado y si tuviésemos un gobierno con agallas, la prohibirían. Encima subvencionan con más de 600 millones de € cada año los festejos taurinos a lo largo de todo el territorio nacional. ¿Sabéis de dónde salen? De los impuestos que pagamos todos los controlados por Hacienda.
Me pregunto por qué no han obligado a quitar los fantasmagóricos toros de todo el territorio nacional cuando prohibieron los carteles publicitarios interurbanos.
Y mañana San Fermín.

CONSTANTE