viernes, 31 de julio de 2009

50 años con animales

No sé de qué pasta están hechos los políticos. Cada vez que les veo dando el pésame a los familiares de las víctimas del terrorismo, tengo la sensación de que no son humanos. Se ponen tan serios que casi asustan y en cambio no hay forma de ver a ninguno de ellos soltar una sola lágrima. A mí me ponen furioso esas noticias y al ver el sufrimiento de las víctimas no puedo contener las lágrimas, por eso procuro librarme de verlas siempre que puedo.
Hoy recibí un e-mail de un amigo con dos frases geniales. Primera: “Cuando el hombre aprenda a respetar incluso al ser más pequeño de la creación, sea animal o vegetal, nadie tendrá que enseñarle a amar a sus semejantes” (Albert Schweitzer)
Segunda: “La compasión por los animales está íntimamente ligada a la bondad y al carácter y se puede afirmar con seguridad, que quien no ama a los animales no puede ser buena persona” (Arthur Schopenhauer)
Entonces, ¿qué decir de los etarras asesinos? Por su desalmada actividad, no merecen ni ser considerados animales, porque éstos matan para sobrevivir y si por ellos fuera habría un equilibrio total en la naturaleza en la Tierra. Hemos ido evolucionando a lo largo de millones de años y parece que ellos aún estén en el umbral de la civilización. Lo que más me revienta es ver en esa organización criminal caras de mujeres relativamente jóvenes. ¿Dónde está su instinto maternal? Si saben que la independencia de Euskadi es imposible, me pregunto por qué lo hacen, no lo entiendo. Al no ser que ellos mismos sean víctimas de esa lacra inmunda, no puedan negarse y sea como el pez que se muerde la cola. Tal vez resulte, que los humanos no tenemos remedio, porque somos la especie animal que comete más aberraciones y deberíamos aprender de nuestros antepasados, los primates.
Es curioso, hoy hace medio siglo que se fundó ETA, justo el día que comencé a trabajar obligatoriamente como albañil, antes de cumplir los catorce años, porque lo de estudiar era un sueño que sólo estaba al alcance de las clases privilegiadas, no como ahora que les obligan y muchos no quieren. Durante los primeros años ni me enteré de que existía ETA y cuando lo supe, incluso pensé que la Dictadura se merecía recibir caña, pero desde que vivimos en democracia, no tiene razón de ser; aunque la democracia no sea un sistema perfecto, debido a la ineptitud de los políticos y al pasotismo de algunos ciudadanos a los que les cuesta mucho trabajo votar una vez al año, porque son más perros que los canes.
Viendo las caras de esos criminales etarras es incomprensible que haya más de cien mil vascos y sobre todo vascas, que están dispuestos a votarles y seguirles. ¿Adónde podríamos ir con ellos?
No me gustaría morir sin ver desaparecer a esos asesinos desalmados de la faz de la Tierra, porque es algo intolerable; pero tenemos demasiados problemas económicos y la reciente enfermedad de la parofobia, que nos afectan demasiado diariamente, como para pensar eso. Lo demás tendría solución si todos quisiéramos. Y si no queremos, que nos den, que a lo mejor nos gusta.

CONSTANTE

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