Semana infernal

Recuerdo que 1994 fue un año trágico para Catalunya en cuanto a incendios forestales. 2004 lo fue para Castilla la Mancha, con la desgracia añadida de muchas muertes de bomberos en Guadalara; paradójicamente en el primer año de mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Era sospechoso que se produjeran tantos incendios intencionados aquel año y la alegría que, sin darse cuenta, mostraba la oposición, que había perdido las elecciones contra todo pronóstico.
Dos años más tarde ocurrió lo mismo en Galicia, con el mismo partido inesperadamente en la oposición. No era posible que la mayoría de los miles de incendios fuesen intencionados, dando la sensación de que hay a quien le interesa más recuperar el poder que el bienestar y el progreso del país, al que quieren gobernar y explotar a toda costa.
Este año vuelve a ser nefasto para todo el país, pues ya hay demasiadas víctimas y es rara la comunidad que se salva de los desastres medioambientales. ¿Algunos incendios no serán intencionados para crear el caos y distraer la atención de lo que está cayendo con la trama de corrupción conocida por Gürtel, de la que Rajoy no dice ni pío?
Ya sé que no se puede ni se debe hacer, pero me gustaría que se endurecieran las penas para los pirómanos, tanto para los enfermos como para los que provocan incendios por intereses propios o porque les pagan. Lo justo sería quemarlos vivos en la plaza del pueblo, para escarmiento de los demás. Y lo mismo digo para los asesinos y terroristas, violadores y ladrones, especialmente para los de guante blanco; pagándoles a todos ellos con la misma moneda y cortando su enfermedad de raíz; haciéndoles trabajar toda la vida para la comunidad a la que no respetan, castrándoles para que se les acabe la fiebre sexual o cortándole una mano, respectivamente.
Me encantaría que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hiciese de una vez por todas, una encuesta que sirviera para algo, como saber, por ejemplo, ¿qué porcentaje de ciudadanos estarían de acuerdo con estas medidas extremas? No me extrañaría que el 60 o el 70% estuvieran de acuerdo, porque ya estamos hartos de tantos delincuentes, pirómanos, asesinos, terroristas, violadores y ladrones. Así no podemos ir a ninguna parte, que no sea el caos. Lo siento por los Testigos de Jehová que sueñan con un paraíso en un mundo mejor, donde nuestros descendientes encontrarán un desierto inhóspito.
Lo que nos faltaba es que los que han aupado al poder a Obama el año pasado, comiencen ya a retirarle el apoyo para algo tan importante como la ley de sanidad para todos los ciudadanos norteamericanos y que ya empiece a descender su popularidad.
En cuanto a nuestro querido país. ¿Pensaba Zapatero que la patronal iba a colaborar firmando un pacto social o reforma laboral para intentar salir de la crisis? Lo hará si es imprescindible, sólo cuando los suyos ganen las elecciones y vuelvan al poder para enriquecerse aún más, haciendo pasar por el tubo de forma descarada y definitiva a todos los productores. ¡Despierta ZP! Tienes suerte de que la juventud en este país sólo tiene derechos y no se revoluciona más que para lo que no debe.

CONSTANTE