jueves, 23 de julio de 2009

Viva la especulación

Yo no lo recuerdo, pero me dijeron que nací después de terminada la Segunda Guerra Mundial y de que lanzaran las dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Nacía la Guerra Fría y el Telón de Acero que dividía al mundo en dos concepciones de vida antagónicos: el comunismo y el capitalismo.
Todos sabemos como terminó el comunismo, por culpa de la gerontocracia, la burocracia y la corrupción: pero el capitalismo es aún peor, porque en él se juntan todos los males de una sociedad de individuos ambiciosos e insaciables, donde los ricos quieren ser cada vez más ricos en detrimento de los pobres, que cada día son más y más pobres.
Los que manejan el capital y creen que no van a morirse nunca, piensan que son más listos que nadie, utilizando todos los medios que tienen a su alcance para conseguir sus objetivos: ser los más ricos del cementerio. Kico Pi de la Serra dijo en los años 70: “Si los hijos de puta volaran, nunca se vería el Sol”. Y yo digo que los ricos son buenos sólo después de muertos. Cuando muere un ricachón, si sus hijos pretenden meterle dinero en el ataúd para que disfrute en la otra vida lo que no disfrutó en esta, los yernos o nueras dicen: mejor le metemos la tarjeta de crédito para que malgaste todo lo que quiera.
Si en el comunismo fracasado, tenían gerontocracia y en el capitalismo tenemos, la vanidad esperpéntica de los políticos inútiles; en vez de burocracia, la “burrocracia”, que hace casi imposible poder contratar a nadie y la corrupción insaciable; si además le añadimos la prevaricación, la evasión de capitales, el cohecho, el fraude fiscal, el aprovechamiento de las informaciones privilegiadas para enriquecerse, la usura bancaria y sobre todo la especulación, nos encontramos con el principio del fin del capitalismo.
La maldita especulación más descarada del capitalismo se ejerce diariamente en la Bolsa, cada hora y cada minuto. Cuando un lumbreras como Madoff dice que algo es un gran negocio, todos los especuladores caen ilusionados ante la perspectiva de hacerse ricos en poco tiempo, para no ser pobres y avasallar a éstos. Lo que ocurre es que la inversión en algo que no se sabe cómo funcionará a medio y largo plazo es demasiado arriesgada, porque si las cosas no salen como estaba previsto no pasa nada en el caso de los pequeños inversores; pero los que invierten mucho, luego ponen el santo en el cielo y quieren que el Estado correspondiente responda de su fracaso. Y eso no puede ser. Si uno se arriesga y pierde, que se joda; lo que debería ser válido para todo el mundo: empresarios, banqueros y particulares.
Estos días Obama está cabreado porque no le hacen caso y las bolsas suben, incluso en España, olvidándose de que ese sistema esta finiquitado y con él ya no se puede ir a ninguna parte, sólo al desastre económico y social. Creo que deberían buscar otras fórmulas más imaginativas para salir de este atolladero en que nos han metido los especuladores y los banqueros, con el beneplácito de los manipulables políticos. ¡La mare que els va parir a tots!
Vista la negociación del Presidente con los agentes sociales en torno a la concertación social, donde lo único que tratan es cómo exprimir más al trabajador, podemos darnos cuenta de cómo nos engañan con lo de los brotes verdes, cuando todos sabemos que España tardará más tiempo en levantar cabeza que los otros países de la Unión Europea.

CONSTANTE

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