El florero Bruni

Una encuesta del CIS dice que la mayor preocupación de los españoles es la parofobia. Mejor dicho, será la mayor preocupación de los trabajadores que sufren la precariedad laboral y la explotación durante los últimos veinte años, en los que los salarios no se han incrementado, sino todo lo contrario.
¿Por qué no preguntan a qué ha venido el presidente francés a España? Seguramente muchos no sabrían que es una visita de estado, en la que se trata de de fortalecer, entre otras cosas, la colaboración de los dos países, para luchar conjuntamente contra el terrorismo de ETA y de Al Qaeda, la inmigración, etcétera.
Lo que ocurre es que al sufrido observador del espectáculo mediático montado con tanta pompa y parafernalia en torno a Carla Bruni, que lo ha eclipsado todo, no entiende nada y alucina. Esa mujer relativamente joven, que era modelo e incluso cantaba y ahora se ha convertido exclusivamente en un adorno o florero del mandatario más polémico de la historia de Francia, aclamado en el exterior y detestado por la mayoría de los franceses.
Me avergüenza que todos los medios de comunicación españoles, sin excepción, se hayan volcado en Carla como si fuese el único centro de atención: que si el vestuario, el calzado, su estatura, su peso. Que digan que es una anoréxica que da muy mal ejemplo a las jóvenes. Es odiosa la comparación con la Princesa de Asturias, que tiene una formación académica, cultural y laboral mucho más sólida; tanto, que Carla da la sensación de que es muda, porque ni siquiera ha abierto la boca.
No comprendo a qué viene tanta adoración por Carla, si incluso en España hay decenas de miles de chicas más preciosas que ella y de las modelos en activo hay cientos que no le envidian nada, como la casi divina Heather Marks
Ni el Gobierno del PP había adulado tanto a Clinton y Hilary durante su visita hace tres lustros y estoy deseoso de saber cómo recibirán a Obama y a su esposa cuando nos visiten.
Somos un país de paletos y así nos luce el pelo.

CONSTANTE