Tertulianos y reunioneros

Hace muchos años que en este desdichado país había un salvador que lo controlaba todo. Sólo se reunían con él unos cuantos señores en el Consejo de Ministros y estaban prohibidas las reuniones para todos los demás. Con las manifestaciones pasaba lo mismo, sólo se podían manifestar a su favor en la plaza de Oriente de Madrid. En aquella negra etapa hacian todos lo que decía uno y ahora debería hacer uno lo que dicen todos, pero tampoco es así realmente, porque el poder real lo obtentan los que manejan el maldito dinero.
Eso sí, éramos puntualmente informados por los dos canales de televisión y por Radio Nacional. Incluso en semanas como la pasada eliminaban de la programación hasta los dibujos animados y la publicidad. Por supuesto no faltaban procesiones y películas sobre el tema religioso.
Después de aquella etapa interminable, por fin llegó la Transición, la democracia, la libertad y a todo el mundo le entró la fiebre de las reuniones. No había ni una sola persona que se considerase importante en el país que no tuviera una o más reuniones cada día; a los que yo les llamaba reunioneros.
Pero han pasado muchos años y en esta semana, aunque podría ver trescientas canales de televisión, cada vez me apetece menos y sólo veo lo que me interesa realmente, con independencia del canal que sea. Estaba feliz, porque apenas aparecían tertulianos como de costumbre en los programas con interés político; es decir, periodistas que deberían ser independientes e imparciales, para informar y denunciar las injusticias en general y a los políticos que no cumplen con su deber. Unos defienden a la oposición y llaman tontaina a Zapatero y el político más tonto de todos le tacha de tonto solemne; mientras otros defienden al ejecutivo a capa y espada. ¿A dónde podemos ir con gente como esa, que se vende descaradamente al Gobierno, a la oposición o al medio que le paga? También es casualidad que los tertulianos estén divididos al cincuenta por ciento y que siendo tan lumbreras, no nos expliquen qué harían ellos para salir de la crisis, de la recesión, depresión o como quieran llamarle.
Con la reciente remodelación del Gobierno, a los ministros les ha entrado la fiebre de la reunionitis y se han pasado un poco en estas fiestas. Esto me recuerda la frase de un viejo amigo que decía: “Arranque de caballo, parada de burro”.
Vistos los sondeos para las elecciones europeas les ha entrado el pánico y se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena. En la tercera reestructuración colocaron en el ICAA, al descartado de la lista de CiU para Estrasburgo y eso no les servirá para nada. Me pregunto si no sería mucho más efectivo nombrar ministro al que tanto lo anhela, el señor Duran i Lleida, a cambio del apoyo de la coalición en Madrid. ¿O lo que pretenden es que se rompa el tripartito y que regresen al poder los nacionalistas, para poder contar con ellos como contrapartida?
Señores ministros, ya que os han entrado tantos deseos de trabajar, os recuerdo que la Constitución dice, entre otras cosas: que todos tenemos derecho a una vivienda digna, no que los banqueros se enriquezcan y dejen a los trabajadores con una mano delante y otra detrás en la puta calle, y que todos tenemos derecho a trabajar; pues bien, si no hay trabajo para todos, que se reparta el que hay y punto pelota. ¿Vale? De esa manera, todos tendrían que pagar menos y aún se recaudaría más por todos los conceptos. Si no lo entendéis, dedicaros a otra cosa; pero ganaríais menos. ¿Verdad?

CONSTANTE

Os adjunto un e-mail que recibí del amigo Josep.

Tengo la nacionalidad española. Vivo en Catalunya y quiero ser solidario con el resto de los españoles y viceversa.

NO QUIERO ser diferente, pero sí quiero ser y tener los mismos derechos y las mismas condiciones de vida que todos ellos.

POR ESO:

QUIERO: Que mi I.P.C. (el último del 4,10 %) sea el de la media de toda España, o sea, el 3,80 %. Cada año es superior en Catalunya y me aleja del resto de los españoles.

QUIERO: Que una vivienda en Barcelona, valga lo mismo que otra en cualquier punto de Extremadura.
El costo de una en Barcelona me permitiría comprar tres en Extremadura, vivir en una y alquilar las otras dos y así conseguiría incrementar mis ingresos.

QUIERO: Que el agua, que yo pago a 18,00 € m3, valga igual que la de una urbanización próxima a Valencia, que cuesta 0,20 € m3.

QUIERO: Que el billete ordinario del Bus de Zaragoza con un costo de 0,75 €, sea lo que me cuesta a mí, que ahora pago 1,30 € por desplazamiento urbano.

QUIERO: Que el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales del País Vasco,
que ahora está exento, sea igual para mis hijos cuando hereden (si es que lo logran) ya que en Catalunya se aplica una escala semejante a la del I.R.P.F.

QUIERO: Que la ITV, que en Melilla cuesta 19,00 €, sea la que yo pague aquí en vez de los 44,65 € que yo desembolso.

QUIERO: Que de las seis salidas por carretera que tiene por ejemplo,
la ciudad de Madrid, sean de pago al menos cinco, como ocurre en Barcelona.

QUIERO: Que cuando mis hijos empiecen el curso tengan los libros de texto gratis, como en Extremadura y no gastarme entre 200 y 300 € como aquí y ahora.

QUIERO: Que la red de autopistas que atraviesa Andalucía, Extremadura, Murcia, Castilla-La Mancha y Castilla-León sea totalmente de pago y tan cara como la que cubre Catalunya, y no gratuita como ahora a pesar de que la densidad de su tráfico es 1/5 parte de nuestras autopistas.

QUIERO: Implantes dentales GRATUITOS como en Extremadura.

QUIERO: Por si cambio de opinión algún día, cambio de sexo GRATUITO como en Extremadura.

QUIERO: Que cuando vaya a comprar un ordenador a mis hijos, tenga una subvención igual que en Andalucía, País Vasco, Cantabria, Asturias etc....

QUIERO: En definitiva, SER IGUAL QUE UN CIUDADANO EXTREMEÑO, ANDALUZ, MANCHEGO, CASTELLANO O LEONÉS. Como pensionista, tendré unos ingresos idénticos que cualquier otro semejante a mí. Por eso, cuando yo sea IGUAL que todos los españoles, con todo lo que me sobre, gustosamente ¡¡¡SERÉ SOLIDARIO!!! Mientras tanto, lo soy a la fuerza.


Os agradeceré que deis la máxima difusión a este escrito, para acabar de una vez con tantos mitos, embustes y demagogia.
Hay muchos que chupan de la teta y encima, no le quieren dar de comer a la vaca.