jueves, 16 de abril de 2009

A los tontos que fuman

Fernando de Boncalo fue uno de los españoles que viajó al Nuevo Mundo en el siglo XVI. Iban para esquilmar las riquezas de gran parte de aquel inmenso continente a cambio de llevarles enfermedades como el sarampión, la sífilis y muchas otras. El muy cabrón, en vez de reventar allí con los veinte millones de nativos que murieron en menos de un siglo, por culpa de los conquistadores, de los cristianizadores o evengelizadores, nos trajo la planta del maldito tabaco.
Hasta mediado el siglo XX sólo fumaban los hombres, pero como a las mujeres de las clases pudientes les permitieron disfrutar de un poco de libertad, comenzaron a imitar el absurdo vicio de los tontos y fue una desgracia para vosotras.
Con lo bonito que tenéis el pecho por fuera, no entiendo cómo queréis estropearlo por dentro con ese pernicioso veneno, que contiene miles de substancias aditivas y cancerígenas, reconocidas por las autoridades sanitarias nacionales e internacionales, tal como lo indican en las cajetillas.
Vuestros senos son la maravilla más bonita de la creación y deliciosas fuentes de vida, independientemente del tamaño o la forma que tengan y que deben estar siempre en armonía y proporcionalidad con el cuerpo. Ya sabéis que teta que mano no cubre, no es teta sino ubre. Si ese es vuestro mayor encanto mientras no recurrís a la silicona, lo perdéis todo cuando se os ve con un cigarrillo en la boca. Recordad que si buscáis personalidad fumando, al hacerlo, perdéis lo que andáis buscando.
El tabaco provoca infinidad de enfermedades graves, además de amarillear los dientes, irritar las mucosas, disminuir el apetito y lo que es peor aún, atenúa la función sexual y, como cuestan miles de millones a la sanidad pública, habría que estudiar la posibilidad de que se quedaran al margen, porque cuesta más el remedio que lo que se recauda por impuestos del tabaco. Parece mentira que los políticos tengan que decirnos lo que debemos hacer.
Por otra parte, fumar es un vicio demasiado caro en comparación con el nulo placer que produce. Hay que ser algo retrasado mental para fumar, con la que está cayendo y con el medio ambiente contaminado ya globalmente.
Nuestra nueva vicepresidenta segunda cuando era ministra de Sanidad intentó su prohibición en lugares públicos con una ley, pero fue un fracaso, porque el consumo disminuyó muy poco , demostrando que en este país no se puede prohibir nada si no queremos que se produzca el efecto contrario. Lo mismo que ocurre con las obligaciones, que nadie quiere pasar por el tubo. Es que somos así de chulos en este país ingobernable.
Conclusión: no tenemos arreglo. Por mí podéis reventar todos fumando, pero me fastidia mucho que fumen ellas, especialmente las adolescentes. Es mucho más sano y relajante practicar lo que no hace mucho era considerado pecado. Por favor, hacedme caso antes de que sea demasiado tarde.

CONSTANTE

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Más información en http://www.irisfanclub.com