Mi ingenuidad a los trece años me hizo pensar que la revolución en Cuba podría triunfar a gran escala. Si aquel pueblo estaba tan agobiado como el español, era normal; pero en plena Guerra Fría, si los americanos tenían derecho a crear bases militares en la periferia del imperio comunista para controlar su expansión, ¿por qué los rusos no podían tener una a las puertas de América, en la Isla de Cuba? Por eso estalló la crisis de los misiles en 1961, cuando Kennedy decretó el embargo total a la isla. Incluso propiciaron y permitieron dictaduras en países americanos, para cerrar el paso al comunismo.
Mientras Cuba recibía el apoyo económico de la URSS todo fue relativamente bien, pero con el derrumbamiento del comunismo llegó el caos, sumiendo a la isla en la miseria más absoluta. ¿Recordáis la imagen de Gorbachov sucumbiendo ante Yeltsin?
Lo que más me revienta es que desde entonces, van miles de impresentables, principalmente españoles, a disfrutar con las jovencitas cubanas a cambio de regalitos irrisorios, porque el salario mensual medio de los trabajadores allí es lo que valen aquí dos cubalibres en un bar de copas. Es degradante para un pueblo que las chicas tengan que denigrarse de esa manera, por culpa de un egocéntrico que no se retira ni de moribundo. Estoy seguro que si hubiera fallecido al caer enfermo, la revolución hubiera llegado a su fin al instante, porque su hermano Raúl no hubiera podido soportar las presiones internacionales. Pero ahí está el tío vigilando, como todos los gallegos que llevan F; recordemos a Franco, a Fraga, que también quiere morir con las botas puestas, como los del Séptimo de Caballería y esperamos que Feijoo no salga igual.
Gracias a la decisión de Obama, cumpliendo su promesa electoral, comienza el principio del fin del castrismo y del comunismo definitivamente. A partir de ahora, la isla recibirá tantos turistas, que no está preparada para albergarlos y no me extrañaría que llegase a haber listas de espera. Si es así y la situación mejora, deseo que las jóvenes cubanas no tengan que soportar a los zopencos que sólo viajaban allí para el disfrute sexual y poder contárselo a los amigos, cuando en realidad vuelven todos exagerando.
De todas formas, aún es peor que vayan muchos enfermos mentales de Occidente al paraíso sexual de Tailandia para practicar la pederastia y que no haya una policía internacional que les detenga y les metan a todos en la cárcel.
Gracias Obama, por colocar la primera piedra del edificio de la libertad en Cuba. Aprovecha tu popularidad y el poder que te han dado para imponer tus criterios y poner orden en este caos mundial o acabarán contigo en poco tiempo. ¡Ánimo!
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