miércoles, 22 de abril de 2009

Optimismo o resignación

No entiendo cómo unos días puede ser uno optimista si pienso en Obama, aunque se lo pondrán muy difícil, o pesimista si recuerdo a su antecesor y sus manipulables amigotes.
Ante la posibilidad de que Irán pueda armarse con bombas atómicas, ya Israel insinúa a Estados Unidos que debería bombardear aquel país, para que el negocio de la industria armamentista siga funcionando y les produzca grandes dividendos. Así es la historia del mundo, especialmente en el último medio siglo, desde que la amenaza nuclear planea sobre nuestras cabezas.
Creo que esta sociedad amodorrada, sumisa y demasiado tolerante, debería hacer cambiar la mentalidad de los grandes dirigentes mundiales o estaremos perdidos.
Hace unos años, permití que un testigo de Jehová se enrollara conmigo y me dejó perplejo con la descripción de una utopía en la que no existen problemas. Pero el hombre depredador entró en acción hace miles de años y ya resulta imposible cualquier sueño utópico. Personalmente me gusta tanto esta época, tan llena de anhelos, de proyectos y de problemas, que me siento parte integrante de un experimento maravilloso. Me encanta la expectativa que da a la vida su verdadero valor y me gustaría poder resolver todos nuestros problemas, aunque sé que es imposible ser totalmente optimista; pero pienso que el mundo debería merecer nuestro voto de confianza, pues con sus altibajos y gracias a la variedad, aunque nos haya proporcionado más dolor que placer, esta es la época más emocionante y prometedora de todas. Ojalá siga siendo siempre tan excitante, que siga teniendo problemas que resolver y entuertos que arreglar, pero sobre todo, que no sea nunca un lugar para gentes fofas con cerebros vacíos y carteras demasiado llenas. Quiero un mundo más justo, donde los humanos podamos hacer frente a los problemas y aunque en una sociedad de tales posibilidades y horizontes, nunca podamos regocijarnos de haberlo arreglado todo, la vida siempre vale la pena.
La solución a los problemas que nos agobian la he explicado por activa y por pasiva varias veces en mis libros: meter en vereda a todos los que nos manipulan como si fuésemos borreguillos. Pero mis libros son sistemáticamente censurados por editoriales y consiguientemente por librerías, con el pretexto de que no son literariamente perfectos, por lo que sólo están al alcance de muy pocos. Sé que es complicado arreglar lo que no tiene solución, pero hay que intentarlo.

CONSTANTE

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